Relaciones conflictivas

A las 11:59 am empezó el ataque repentino de sueño. Cuando eso sucede, el estado de apendejamiento es tan evidente que parezco un zombi autómata perdido con la mirada fija en el monitor y manos en el teclado aparentemente preparadas para moverse, como si a la película le pusieran pausa. He tratado de dormir, pero en algún momento camino a casa, el sueño se pierde. Pero, hoy tengo un plan: cerré la puerta de la oficina, lo tengo atrapado. No he tomado ninguna sustancia estimulante, no someto mi mente a nada que pueda parecer desafío, ni siquiera me esfuerzo por distinguir bien las letras. Solo cuento minutos, labor hipnotizante que espero garantizará mantenerlo quieto, lo arrullo, le brindo confort. A las 3:00 pm en punto lo sacaré con cuidado y me iré con sigilo a buscar la cama más cercana, sin que por ello mengue la comodidad necesaria para garantizar que hoy si pueda reponer algunas de las horas de sueño que traigo atrasadas…

5:12 pm. La misión fracasó, sigo despierta.

Voy por un segundo intento…