Desgracia es que el café acentúe, la huella de tu ausencia
en mis entrañas
néctar que no logre sedarme, mañanas sin la miel de tus
ojos
mi piel anhelando tu tacto de seda (hace tiempo)
el aire seco de soliloquios, alaridos y sonrisas
y que pálidos corazones se hagan trizas,
porque un día, el amor fue poco…