9/29/2010

Epistolares VI

Veamos. Quise decirte que estube despierta, muy tarde, más que otros días. El dolor quema, la cama me queda pequeña, el agobio pesa en mis hombros y la recaida me asusta, tanto, que el ahogo de un grito contenido me  impide marcar el teléfono y despertarte...