10/18/2006

Crónica matutina de un Ave

Siempre me pregunté porque el ave maniaca picoteaba insistentemente el cristal de la ventana a mis espaldas. Uno ensimismado en el trabajo, pierde conciencia de cuanto acontece y mucho menos tiene tiempo para averiguar los motivos o razones de un ave. Escuchar el picoteo se volvió pronto parte de la rutina.

A las 8 de la mañana en punto, checaba tarjeta de asistencia, pasaba con el supervisor quien sin levantar la mirada entregaba los formatos a llenar durante la jornada, al momento que gritaba ¡Siguiente! Acto seguido me instalaba en el tercer escritorio de aquella fila interminable, sacaba del cajón de la derecha mi taza y esperaba paciente a que sirvieran el café, un logro sindical de los empleados.

Quitaba el forro a la máquina mientras el humo aromático despertaba mis sentidos, disfrutaba mucho el momento antes del primer sorbo. Casi al unísono empezaba el golpeteo de teclas, las campanas que anunciaban la siguiente línea, los sorbos. De fondo se escuchaba una melodía que de acuerdo a los expertos de personal, aliviaba el estrés laboral y mantenía a la gente concentrada en su labor.

Invariablemente a las 11:52, los picotazos interrumpían mi concentración. De nada sirvieron las cortinas que semanas antes había solicitado: ahí estaba de nuevo, nadie más parecía notarlo, yo mismo no debí prestarle atención, algo fallaba en mí, alterando los efectos de la música. Hoy sin embargo, me dio por observar a mí alrededor. El tecleo, la campana, el carrete, las miradas fijas sobre las hojas cuadriculadas, la música de fondo, la segunda ronda de café matutino ahora acompañada de un par de galletas, personas alienadas, el ave que no deja de picar el cristal.

Los supervisores habían dejado el recinto, así que decidí levantar la cortina para ahuyentar a la maldita ave que alteraba mi vida: ahí estaba, me miró por un instante para luego seguir concentrada en picar el cristal. Yo no vi nada peculiar, salvo leves fracturas, hasta que el ave picó justo en dirección a mi cara, me sobresalté defendiéndome inútilmente con los brazos, nada pasaba, el cristal era mi escudo, mientras pude comprender, todo mi cuerpo se había hecho presa de la angustia.

Entonces, el paisaje se transformó ante mis ojos: figuras multicolores, imágenes tridimensionales danzando de un lado a otro a un ritmo vertiginoso, azul brillante, púrpura intenso, naranja chillón, un fucsia etéreo; nunca vi espectáculo tan hermoso, mi corazón palpitaba con fuerza de la emoción, sentí un ligero dolor en los músculos de la cara, de lo más hondo de mi pecho explotó una sonora carcajada…
el ave sonrió: me había despertado.

13 comentarios:

Cantinero dijo...

adoro el cafe por la mañana, recuerdo en mi infancia un carpintero queriendo perforar la antena de tv, en lo alto, llegaba justo a las 6 de la mañana, pero a lo largo del tiempo ya se le extrañaba, en su labor insistente, hacia que me despertara de repente...

Un saludo, Buena Vibra y Ron....

Indigente Iletrado dijo...

Las aves -como la consciencia- deben amaestrarse. Luego resultan ser lo que ya eran sin avisar. Descorteses.

Indigente Iletrado dijo...

Las aves -como la consciencia- deben amaestrarse. Luego resultan ser lo que ya eran sin avisar. Descorteses.

lemon dijo...

Nunca se te ocurrió ponerte en el lugar de la ave, tal vez lo que la hacía picotear con tanta insistencia el cristal era para llamar tu atención y así le ofrecieras una de tus galletitas.

Fhernadow dijo...

ke bonito escrito :) la cotianeidad de los dias hacen que no nos demos cuenta de muchas cosas, pero tengo una duda.. cuando el paisaje se trasnformo tube una idea grafica de como seria..

te prompongo algo tu haces el guion y yo hago la pelicula ;)


*playz cafe tacuba - el ave.mp3

Janita dijo...

yo siempre bendeciré ese extraño elemento que te altera y te despierta del letargo espantoso de la rutina...

un beso.

Anónimo dijo...

hay un ave que no vuela
mutilo sus alas
las cortó por un amor…

hay una ave que picotea
incesantemente
las fibras sensibles de mi corazón


beso grande querida!

Sandra Becerril dijo...

Ver las cosas de diferente forma, así como tú me encanta

besos de buena semana!

Gabriel dijo...

Que glorioso seria despertarse casi al medio dia todos los dias... sin aves de por medio...

y en que campo de concentracion trabajas?

Shadow dijo...

wow..yo también anhelo un atardecer con figuras multicolores

IrV dijo...

Tal vez deberías comprar un ave!

jajajajaja

Saludos!

Unknown dijo...

Aveces mi conciencia es como esa ave fastidiosa que al momento de hacerle caso me hace despertar a mi realidad.. multicolor completa y eterea..
que buen escrito kare
un beso karecita lunar

Anónimo dijo...

interesante

el ave sonrio, me gusto

saludos

GZ