I'm so happy 'cause today, I found my friends
they're in my head, I 'm so ugly, but that's okay
cause so are you
broke our mirrors, Sunday morning
is everyday for all I care
and I’m not scared, light my candles
in a daze cause I found god… (Lithium, Nirvana)
Conocí a Kurt Cobain y a Nirvana a finales de 1993, principios del 94. Tenía 15 años y poco más de seis meses de haberme mudado de casa de mis padres, para estudiar en otra ciudad, con una tía, tratando de escapar de una realidad que sentía asfixiante. Mis primos escuchaban Metal, Grunge y veían MTV, algo para mi desconocido. No tego presente cual fué la primera canción de Nirvana que escuche, pero la portada de In Utero permanece en mi memoria. De Kurt Cobain recuerdo su mirada extraviada, el cuerpo encorvado y ese dejo de melancolía, que me hizo identificarme. Cuando eres adolescente piensas que tus tragedias personales son una desgracia y salir del caparazón puede ser una experiencia muy decepcionante en un mundo que parece valer poco la pena.
Kurt es una figura que me causa fascinación, lo considero un músico talentoso y me ha asombrado simpre la debacle en que puede caer un ser humano sin que nadie alrededor lo pueda evitar. Su desgracia fué ser polvora de masas, la chispa que inició la comercialización de la desesperanza.
Hace 14 años que murió este ícono del rock, en circunstancias que han generado muchas especulaciones y teorías de conspiración y asesinato que prefiero no discutir. Que te consideren figura mesiánica debe ser una carga dificil para quien quizas buscaba solo expresión.
All apologies es la primera canción que me impacto de esta banda, que hoy ocupa uno de los dos lugares de honor el soundtrack de mi vida. La voz desgarrada de Kurt seguirá siendo una compañera en el viaje. Me disgusta que se le rememore como el estandarte de la generación perdida o la figura del grunge, yo prefiero pensar en él simplemente como otro ser humano que jamás encontró sus respuestas...
¿Encontraré la mías?