Kare tiene vacaciones. Digo no es como para presumir, pero ser parte del aparato burocrático de este país tiene su lado amable. Tampoco es la situación de ensueño, en mi mundo perfecto, no habría crisis económica y yo estaría lista para recorrer el mundo, tendré que contentarme con descansar en casa, que ha estas alturas es lo que más anhelo, quizas unos dias en playa del carmen consolandome con comida thai.
Eso porque a esta pobre mortal se la cebado el viaje al terruño veracruzano, asi que adiós frijolitos de la tía, garnachas, picadas y demás delicias terrablanquenses,viendo el lado positivo, me evitaré algunos kilos de más, el colesterol en 300 etc. etc.
Todavia soy víctima de la crisis postcumpleañera que me tiene a ratos deprimida a ratos con ganas de querer hacer una maleta y aventarme sola algunos cientos de kilómetros de carretera acompañada de buena música. Pero veo con decepción que no soy tan intrépida, que desgracia.
Esta semana ha sido dificil, tardes solitarias leyendo "La mujer rota" con la maraña de preguntas y respuestas quizás un tanto absurdas que me provoca el que un día despertara y tomara conciencia de que hay un futuro que se construye de las desiciones de mi presente. Vivir un momento es más simple y encantador.
Las rutinas consumen, la monotonia adormece.