1/07/2013

Tristeza. Es lo que puedo decir hoy de mi caja de cristal. Un día entré pensando que con mi pequeña intervención podría remover entrañas y hacer girar la pirámide hasta hacerla caer, veo mi reflejo con nostalgia y trato de sonreir pensando en que tomar la pausa no es abandonar y que decir no tampoco es renuncia.

No se si me engaño o tengo razón, pero quiero estar en otra parte, esto dejó hace mucho tiempo de ser cuestión de ideales para convertirse en una rutina pesada que levantar conmigo cada mañana. Sentir los hombros ligeros y el viento en mi cara es a todo lo que aspiro, abrazarme y arrullarme en la cama hasta que el sol caiga.